¿Realmente merecen la pena las ciencias sociales?

Ciencias Sociales
Bases Metodológicas de la Investigación
Pedagogía
Autor/a

Antonio Matas-Terrón

Fecha de publicación

3 de febrero de 2025

Las Ciencias Sociales a menudo se perciben como campos abstractos, teóricos, relegados a las universidades cuyo finalidad se limite a justificar el salario de viejos profesores que hablan sobre cosas que a nadie le interesa. Sin embargo, esta percepción no podría estar más alejada de la realidad. En su esencia, las ciencias sociales buscan comprender el comportamiento humano y social, y este conocimiento es, fue, y será fundamental para abordar los desafíos sociales.

Las ciencias sociales como herramienta para comprender nuestro mundo complejo

Las ciencias sociales proporcionan una lente a través de la cual se puede analizar y comprender el comportamiento humano y las estructuras sociales.

Así, disciplinas como la psicología, la sociología y la antropología ayudan a identificar las motivaciones, los valores, las creencias y las interacciones que dan forma a las acciones humanas, permitiendo comprender cómo las normas sociales y las estructuras de poder influyen en el comportamiento individual y colectivo.

Las ciencias sociales también ofrecen herramientas para analizar las instituciones, los sistemas políticos, los procesos económicos y las dinámicas de poder que conforman nuestras sociedades. Por ejemplo, la economía proporciona modelos para comprender el funcionamiento de los mercados y los factores que influyen en el crecimiento económico, mientras que la ciencia política ayuda a analizar los sistemas de gobierno, los procesos electorales y las relaciones internacionales. Igualmente, ciencias como la pedagogía junto con la sociología investigan los procesos socioeducativos, los sistemas de enseñanza y su impacto en el desarrollo individual y social.

Las ciencias sociales en la era digital

La era digital ha traído nuevas oportunidades y desafíos para las ciencias sociales. Las nuevas tecnologías, como las redes sociales y el big data, han abierto nuevas vías para la recopilación y el análisis de datos, lo que permite a los investigadores explorar el comportamiento humano y las dinámicas sociales a una escala sin precedentes. Sin embargo, estos avances también plantean interrogantes éticos sobre la privacidad, la seguridad de los datos y el uso responsable de la información. La pedagogía, en la era digital, enfrenta el reto de integrar las nuevas tecnologías en los procesos educativos de manera efectiva y ética, aprovechando su potencial para mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.

En cualquier caso, uno de los desafíos persistentes para las ciencias sociales ha sido la brecha entre la investigación académica y su aplicación práctica en la resolución de problemas del mundo real. A menudo se critica a la investigación en ciencias sociales por ser demasiado teórica y desconectada de las necesidades prácticas de la sociedad. A pesar de ello, la contribución de las ciencias sociales, aunque a menudo indirecta, no es insignificante, desempeñado un papel fundamental en la configuración de políticas públicas en áreas como la educación, la salud y la seguridad laboral tal como afirma Martyn Hammersley.

Para abordar esta brecha, ha surgido el modelo de la ciencia social basada en la evidencia, que busca integrar la investigación con la práctica. Inspirado en el éxito de la medicina basada en la evidencia, este enfoque implica un proceso sistemático de cinco pasos:

  1. Plantear preguntas específicas y relevantes para la práctica.
  2. Obtener la mejor evidencia de investigación disponible para responder a esas preguntas.
  3. Evaluar la calidad y la confiabilidad de la evidencia.
  4. Traducir y aplicar la evidencia a la práctica, adaptándola al contexto específico.
  5. Evaluar la efectividad de la intervención y realizar ajustes según sea necesario.

Este modelo, también adoptado por la pedagogía, busca mejorar la calidad de la educación a través de la aplicación de la investigación a la práctica docente. La pedagogía basada en la evidencia se nutre de estudios rigurosos para desarrollar estrategias de enseñanza, diseñar currículos y evaluar programas educativos, con el objetivo de optimizar el aprendizaje de los estudiantes. El modelo promueve la colaboración entre investigadores, profesionales, sujetos de servicio y gestores, reconociendo que la producción y el uso del conocimiento son procesos colectivos.

Enfrentando los desafíos y mirando hacia el futuro de las ciencias sociales

A pesar de su importancia, las ciencias sociales a menudo enfrentan críticas y desafíos. Algunos críticos argumentan que las ciencias sociales carecen de la precisión y la objetividad de las ciencias naturales ver este enlace al respecto. Señalan la dificultad para replicar estudios y la subjetividad en la interpretación de los datos como evidencia de la falta de rigor científico. Sin embargo, es importante reconocer que las ciencias sociales abordan fenómenos complejos que involucran múltiples variables y factores interrelacionados. Además, la investigación en ciencias sociales se basa en métodos rigurosos y en la evaluación crítica de la evidencia. En el caso de la pedagogía, como disciplina que estudia la complejidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, enfrenta constantemente el desafío de desarrollar métodos de investigación que permitan comprender y analizar la interacción de los diversos factores que influyen en la educación.

Sin embargo, a pesar de todas estas críticas, los desafíos globales, como el cambio climático, la desigualdad económica y los conflictos sociales, requieren soluciones integrales que involucren diversas perspectivas y áreas de conocimiento. La colaboración interdisciplinaria entre las ciencias sociales y el resto de ciencias, como las ciencias naturales, la informática y las humanidades, es esencial para abordar estos desafíos de manera efectiva. Las nuevas tecnologías, como el big data y la inteligencia artificial, están transformando la investigación en ciencias sociales, abriendo nuevas posibilidades para la recopilación y el análisis de datos y para el desarrollo de modelos predictivos más sofisticados. Sin embargo, también es crucial que las ciencias sociales se mantengan atentas a las implicaciones éticas de estas nuevas tecnologías y se comprometan con un uso responsable y ético del conocimiento. En el campo de la pedagogía, la integración de las nuevas tecnologías y el análisis de datos masivos plantean nuevas posibilidades para personalizar la educación, adaptarla a las necesidades individuales de los estudiantes y mejorar la toma de decisiones en el ámbito educativo.